KEEP OF KALESSIN. Reptilian.

A pesar de los malos augurios, fruto de la participación de la banda en la “selección” o lo que sea, de Noruega, para elegir el/los participante sen Eurovisión, una vez más, el destino formuló en pro de la buena música.

Una producción impecable e intensa, junto a una presentación más que atractiva, son el envoltorio formal de este vórtice en el espacio tiempo metálico.

La intro, corta y orgánica, sin demasiados aspavientos, majestuosa y sencilla, donde el teclado adorna sin protagonismo, supone el preludio de esta última obra de magno metal.

En “Dragon Iconography” la banda sienta un camino que se veía venir y que a los seguidores más acérrimos de sus primeros sonidos no agradará demasiado. Un giro hacia un death, con muchos toques nórdicos y escasas reminiscencias al black más clásico. En el mismo sentido se desarrolla el siguiente tema, apuntalando las numerosas incursiones en el panorama más épico de la banda.

“Dragontower” apunta labores muy heavys, de hecho, si no hay alguna banda del género que se llamé así, poco tardará en hacerlo. Un tema que transcurre a medio tiempo y con eminente presencia de las melodías que se deja notar hasta en el modo de la voz, por derroteros más limpios. Coros y teclados visten estos minutos de un impresionante aire que me han recordado, incluso, a los mejores momentos de Therion, con una sección rítmica más que entretenida. El primer tema sin Blast Beat del disco. Tal vez un respiro para el mucho más intenso, en la onda de los dos primeros temas del disco, “Leaving the Mortal Flesh”. Aunque también más melódico y aderezado con samples de batallas.

Un interludio a medio tiempo supone un giro en el devenir del disco. En adelante, los temas abandonarán casi por completo la rabia de los primeros minutos del disco. Es “Dark As Moonless Night” un corte narrativo con tintes muy melancólicos y gran final como colofón.

Con los mismos aires épicos y majestuosos, en una onda Emperor o Arcturus, se vertebra “The Divine Land”, con melodías que podrían entrar a formar parte del universo Manowar. Uno de los temas más grandes del disco por ese aire entre evocador y ancestral. Impresionante.

Aires que vuelven a darse en torno al cuarto minuto en el tema que le sigue y finaliza el disco, “Reptilian Majesty”. Un corte largo e intenso, con un prólogo agresivo y brutal que deja volar la música a través de paisajes de diversos colores, sin desdeñar segundos heavy, como el solo de guitarra que adorna la mitad del tema. Sin duda, el mejor tema del disco. Hablar sobre él es restarle importancia  a la música, mejor escúchenlo.

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